26 nov 2007

El problema antropológico

Tradicionalmente, el problema antropológico ha sido pensado desde una perspectiva esencialista. Una perspectiva esencialista es aquella que pretende responder a la pregunta “qué es”: qué es algo, qué es el ser, qué es la justicia, qué es la belleza, qué es el hombre. Decir que “el hombre es un animal racional” (Aristóteles) o que es “una cosa que piensa” (Descartes) no es más que una forma de responder a esta pregunta por el “qué” es el hombre.

Nosotros, para analizar esta problemática, hemos seleccionado la lectura de un texto “clásico” de la filosofía contemporánea: Ser y Tiempo (SuZ), de Martin Heidegger, para mostrar justamente una reflexión que se inscribe en un terreno donde la pregunta no es “¿qué es el hombre?” sino justamente “cuál” es su “modo de ser” (propio). De alguna manera, lo que nos propone Heidegger es responder no a la pregunta por el “qué”, sino a la pregunta por el “cómo” .

El modo de ser del que nos habla Heidegger es el modo de ser del Da-sein (ser-ahí). El modo de ser del Da-sein es un modo de ser “yo mismo”. En lugar de preguntarnos por la “esencia universal” del “ser” del hombre, es necesario interrogarnos por el “modo de ser” de ese ser que en todo caso soy “yo mismo” y, en todos los casos, “nosotros mismos”.

Por ello, Heidegger aclara que no se trata de establecer las “propiedades” o “categorías” que distinguen a la “especie humana”, ya que no se debe aplicar a este ente de un modo dogmático y constructivo una idea cualquiera de ser y realidad, por muy “obvia” que ella sea; ni se deben imponer al Dasein, sin previo examen ontológico, “categorías” bosquejadas a partir de tal idea. "El modo de acceso y de interpretación debe ser escogido, por el contrario, de tal manera que este ente se pueda mostrar en sí mismo y desde sí mismo. Y esto quiere decir que el ente deberá mostrarse tal como es inmediata y regularmente, en su cotidianidad media” (Heidegger, SuZ, Parág. 5).

Es por ello que Heidegger señala que para dar cuenta del “modo de ser” propio del ente que somos cada vez nosotros mismos, es necesario aclarar –explicitar– sus “estructuras existenciarias”. Sólo de esa manera, a través de la Analítica existenciaria del Dasein, será posible “poner al descubierto”, “hacer visible” el modo de ser propio de aquel que queda oculto detrás de la pregunta “qué es el hombre”: “La analítica existencial del Dasein está antes de toda psicología, de toda antropología y, a fortiori, de toda biología. Al deslindarlo frente a estas posibles investigaciones del Dasein, el tema de la analítica puede circunscribirse todavía con mayor precisión. Con lo cual su necesidad podrá también demostrarse en forma aun más persuasiva” (Heidegger, SuZ, Parág. 9).

Para comenzar a “hacer visible” el modo de ser del Da-sein, Heidegger hace alusión a dos estructuras existenciales: el Ser-en-el-mundo (In-der– Welt-sein) y el Ser-con-(otros) (Mit-sein).

Lecturas recomendadas:

· Gianni Vattimo, Introducción a Heidegger. México, Gedisa, 1990. Cap. 1.

· Heidegger, Martin. Ser y Tiempo, Santiago de Chile, Editora Universitaria, 1997. Traducción de Jorge Eduardo Rivera. Parágrafos 9 a 13, 25 a 27.


Para empezar a pensar:

¿De qué “mundo” nos habla Heidegger cuando nos dice que “el mundo es el mundo del Da-sein”?

En la cotidianidad, ¿cómo se nos presentan los otros “entes”?

¿cómo nos presentamos a nosotros mismos?


1 comentario:

Anónimo dijo...

Me interesó particularmente el Problema Antropológico. Quizás el más tratado pero el menos abordado específicamente. Estoy de acuerdo, incluiría un paso más al recorrido de la interrogación. Es decir, preguntarse por el Qué, por el cómo y ahora atreverse también con la pregunta ¿quién? ¿Quiénes somos nosotros que esribimos y pensamos?
Marphil